Los excepcionales conciertos de GY!BE, Cult of Luna, Caspian, Anna Von Hausswolff, Lingua Ignota, Tricot o GGGOLDDD, entre lo más destacado de una edición difícil de olvidar

El AMFest, festival de músicas experimentales, enérgicas, incómodas, contemporáneas y ruidosas que cumplirá 10 años en 2023, ha dado un paso de gigante con la celebración de su edición 2022, primera que se realiza en La Farga de L’Hospitalet.

Del jueves 6 al domingo 9 de octubre, La Farga acogió a más de 6000 seguidores de un concepto de festival que ha revolucionado las redes por su concepción. Escenarios grandes (3), sonido perfecto y a un volumen controlado, recinto amplio y espacioso, comodidades de todo tipo, comida y bebida a precios razonables, lavabos limpios y una comunidad de público que se amplia año tras año y que siente el AMFest como algo suyo y como el punto de encuentro anual para amantes de músicas imposibles de etiquetar y con una visión cada vez más amplia y compleja.

El público del festival disfrutó de directos impactantes y producciones de altura, como la de los suecos Cult of Luna o Anna Von Hausswolff, los americanos Caspian, Lingua Ignota o Deafheaven, las japonesas Tricot o los queridos Za!, acompañados de 13 Year Cicada o Tarta Relena. Fueron los legendarios canadienses Godspeed You! Black Emperor, con un concierto que pasará a la historia del festival, los que cerraron una edición imposible de olvidar. La vuelta, 3 años después del parón pandémico, no podía ser mejor.

Para la Associació AMF, que está detrás del festival desde sus inicios, el resultado del festival no puede ser más positivo. El patrocinio de Cervezas Alhambra, que customizó el espacio y proporcionó zonas de descanso a las asistentes, la zona de merchandising gestionada por Fiftee Merch, los diseños de Darkhorse Studio, o el apoyo de Districte Cultural y L’AJuntament de L’Hospitalet, han sido claves para elevar el AMFest a un lugar por el que lleva años trabajando, un lugar dónde la autogestión reina en cada poro y dónde las formas son las que marca el propio festival, empezando por su ya conocido decálogo.

Recordemos que se trata de un festival sin solapes, dónde no hubo un sólo minuto de retraso en los horarios, dónde técnicas, stage managers y demás trabajadoras del evento destacaron su profesionalidad, respeto y ambiente fuera de estrés habituales, y que contó en su programación con una amplia mayoría de mujeres en el escenario: en 16 de las 29 propuestas del festival había, al menos, una mujer o persona de género no binario encima de las tablas. Todo un reto para un festival inclusivo, transformador y que sigue trabajando desde hace años para cambiar las dinámicas que no le gustan en una industria algo viciada y mercantilizada.

El AMFest volverá en 2023 celebrando sus 10 años de vida y poniendo en práctica muchas de las ideas apuntadas por los presentes para mejorar, aun más si cabe, la experiencia de vivir un festival dónde la música es el centro de todo.