Durante el tercer fin de semana, por el Anfiteatro actuarán propuestas tan variadas e interesantes como Kraftwerk, Peces Raros (hoy viernes), Salif Keita y Kokoko! (mañana sábado) y Luz Casal y Valeria Castro (domingo)

El año pasado una banda que nunca había actuado en Pirineos Sur y que era relativamente poco conocida en la península puso patas arriba el Anfiteatro Lanuza, hablando coloquialmente. Se llamaban Dubioza Kolektiv y su actuación resultó tan impactante que este año se anunció como uno de los grandes reclamos de Pirineos Sur. Por supuesto, anoche no defraudaron. No necesitaron variar su fórmula: rock de alto octanaje, ska desenfadado, pequeñas dosis de electrónica y dub y toda la alegría de la música balcánica.

Tampoco han perdido su peculiar visión del espectáculo. Arrancaron con carteles con la palabra “Hey” impreso. ¿Desconcertante? Si. ¿Efectivo? Al 100%. El escenario y el pantano de Lanuza ya eran suyos y para que no se perdiera el interés, recurrieron a uno de sus temas más infalibles, “USA”. Aunque “Violi Bih” y “Minimal” no significaron en absoluto una bajada de ritmo, al contrario. A los pocos minutos del arranque, las aguas del pantano de Lanuza ya estaban tomadas por espectadores a los que se les quedaban pequeñas las orillas.

Al igual que el año pasado, volvieron a reivindicar el regreso de Bosnia al festival Eurovisión, con “Euro song”, otra vez con su particular sentido del humor, con escenografía y código QR incluido. Su divertida manera de enfocar el show no lo perdieron a lo largo de su actuación. Forma parte de su ADN y lo llevan hasta el extremo, con momentos hilarantes como momento “karaoke” o despedida antes de los bises, con “No scape” y luego con “Balkan funk”.

Pero es que más allá de su simpatía sobre las tablas, es una banda que suena potente, con energía. Su fuerza es imparable y contagia sin remedio. Y es que los dos cantantes irradian carisma, el trompetista tiene unos pulmones de acero, el guitarrista suelta acordes sin compasión y la base rítmica es aplastante. Una vez más solo hay una solución: entregarse a ellos, rendirse y llevarse llevar hasta la extenuación bailando.

Eskorzo llevan casi 30 años como referentes del rock mestizo de este país. Y ahí siguen, en lo más alto, y entregando conciertos de altísimas revoluciones como el de anoche. Con Tony Moreno a la voz y liderando a la banda de siete músicos, salieron como un vendaval, dispuestos a hacer entrar en calor desde el primer tema. “Tu amor me está matando”, “La pena (a fuego suave)” y “Cumbia caníbal” sonaron potentes, afiladas y directas. Así lo sintió el público, que se rindió a la banda granadina sin miramientos.

Y haciendo honor a su gala de banda mestiza, supieron ofrecer un set sin altibajos en el que mezclaban sin problemas ska, rock y cumbia. Fue un concierto trepidante, que pasó en un suspiro, y con el que dieron repaso a muchos de los éxitos cosechados en su larga carrera: “Ángeles y demonios”, “La tumba”… La irresistible “Mambo zombi” encaró la recta final, que completaron “Suave” y “Vúlgara”. Fue en estos momentos cuando la banda pidió que el público hiciera un gran pogo, y éste aceptó sin regañadientes. Con muchos brazos en alto y la sensación de haber ofrecido una magnífica actuación, los miembros de Eskorzo se retiraron bailando “If yoy want blood (you’ve got it)”, de AC/DC. Y es que dar un excelente concierto no está discutido con pasar un buen rato.