El festival internacional reggae despidió anoche en Benicàssim su 28ª edición con el objetivo de haber hecho honor a su lema, ‘United for Peace’, “gracias a la suma de todas y cada una de las personas que han creído un verano más en este proyecto musical, cultural y social referente en Europa; ellas han protagonizado esta experiencia de interculturalidad, convivencia, respeto y escucha activa en torno al reggae y la diversidad con la que enraiza este género musical.
Valores que son la base para construir un mundo de paz y en paz”, indica Filippo Giunta, director del Rototom Sunsplash.
La paz. Sobre ella ha girado esta ciudad del reggae, que ha atraído desde el 16 al 22 de agosto a 222.000 personas de 77 países de los cinco continentes. España, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Suiza, Bélgica, Holanda, Portugal y Estados Unidos integran el top 10 en cuanto a principales lugares de procedencia, aunque el universo Rototom ha sumado también a público de Nueva Zelanda, Australia, Japón o Sudáfrica.
Una ciudad del reggae vestida con los colores de la paz en sus escenarios y escenografías artesanales para arropar el propósito que ha movido a la comunidad Rototom, diversa en procedencias, sí, pero también en edades.
El público menudo, la futura generación festivalera, crece, y este año más de 21.000 menores de 13 años se han unido a la experiencia junto a sus familias a lo largo de la semana frente a los 13.000 de 2022. También las personas mayores de 65 han saltado a escena: más de 9.000, disfrutando, palmo a palmo, del motor cultural de esta edición.
La accesibilidad del recinto, y el hecho de pensar en pequeño para diseñar una agenda cultural para todas y todos, figura en el argumentario de razones para elegir como destino el Rototom Sunsplash, que se refuerza con el hecho de ser un festival que dispone de áreas propias para público infantil, familiar y adolescente –Magicomundo, Teen Yard o Mercado Artesano– sobre un recinto de conciertos sin aglomeraciones, con múltiples áreas de sombra y descanso y una acampada con parcelas reservadas para familias.
En estas áreas, junto a los reflexivos espacios del Foro Social y Jamkunda, la concienciada Pachamama o el templo para el aprendizaje del reggae de la Reggae University, ha discurrido el perfil diurno del festival, que arroja casi 150 actividades durante la semana: de charlas y debates a talleres, proyecciones, shows de artes escénicas, sesiones de baile afro, urbano o dancehall y un largo etcétera.
Las veladas musicales han pesado en la elección del Rototom como su festival del verano para otra parte del público, atraído por el cartel y sus plataformas sonoras, que han innovado en escenografía, como es el caso de la enorme cúpula esférica de la Dub Academy o el diseño ‘on fire’ de la Dancehall.
Hasta 185 conciertos y dj set entre los seis escenarios del recinto y el Solé Rototom Beach, en la playa del Gurugú, que exploran, mezclan y sorprenden, como ocurrió anoche, en la jornada de clausura, con la reinterpretación desde el flamenco de temas del rey del reggae en el estreno internacional del show ‘El mundo del flamenco saluda a Bob Marley’.
Tanto en las actividades musicales como en las extramusicales, el festival ha vuelto a rebasar los límites del recinto de conciertos gracias a la retransmisión vía streaming de los shows del Main Stage y el Lion Stage y de los principales debates y sesiones de la Reggae University y el Foro Social durante la semana.