Casi 7.000 personas han pasado por la nueva edición de San Miguel Tribu Festival, que se cerraba ayer domingo 28 de mayo con el espectáculo «Volver», diseñado especialmente para la ocasión y que recuperaba el cancionero tradicional burgalés a través de una veintena de artistas.
Un espectáculo que congregó a numeroso público de diferentes edades, una característica que se ha repetido a lo largo de esta exitosa edición y que convierte al festival en el punto indispensable de encuentro inter-generacional y en un puente perfecto para la creación de futuras audiencias.
San Miguel Tribu Festival es un festival diferente; desde el entorno que lo acoge, la monumental Burgos, con escenarios tan atractivos como los Jardines de la Parrala o la Plaza del Rey San Fernando, a esa mirada ya habitual en su programación que busca actualizar los sonidos del pasado en pleno presente, y que ayer se ejemplificaba con «Volver», el espectáculo creado especialmente para cerrar esta nueva edición y que traía al aquí y al ahora el cancionero tradicional burgalés a través de una veintena de artistas, entre los que se encontraban tan veteranos como Orégano o tan contemporáneos como El Nido.
Quizás precisamente por ese afán de conectar pasado, presente y futuro San Miguel Tribu Festival se ha convertido también en lugar de peregrinación de un público que no entiende de edades, y que llegó a congregar a unas 7.000 personas en sus tres jornadas. Familias enteras han disfrutado desde el pasado viernes en Burgos de un evento que apuesta también por la creación de nuevas audiencias, acercando la cultura a mayores, jóvenes y sí, también los más pequeños, a través de toda un amplio abanico de actividades, desde talleres de ilustración o circo a charlas y muestras de cantes y bailes populares.
Que San Miguel Tribu Festival es un festival diferente, nadie lo dudaba. Desde el entorno que lo acoge, la monumental Burgos, con escenarios tan atractivos como los Jardines de la Parrala o la Plaza del Rey San Fernando, a esa mirada ya habitual en su programación que busca actualizar los sonidos del pasado en pleno presente, y que ayer se ejemplificaba con «Volver», el espectáculo creado especialmente para cerrar esta nueva edición y que traía al aquí y al ahora el cancionero tradicional burgalés a través de una veintena de artistas, entre los que se encontraban tan veteranos como Orégano o tan contemporáneos como El Nido.
Quizás precisamente por ese afán de conectar pasado, presente y futuro San Miguel Tribu Festival se ha convertido también en lugar de peregrinación de un público que no entiende de edades, y que llegó a congregar a unas 7.000 personas en sus tres jornadas. Familias enteras han disfrutado desde el pasado viernes en Burgos de un evento que apuesta también por la creación de nuevas audiencias, acercando la cultura a mayores, jóvenes y sí, también los más pequeños, a través de toda un amplio abanico de actividades, desde talleres de ilustración o circo a charlas y muestras de cantes y bailes populares.
Sumemos a estas características otros encantos como la seductora gastronomía local y propuestas de actividades paralelas que han calado hondo como el mercado, et voilà, el milagro está obrado: la nueva edición de San Miguel Tribu Festival ha sido todo un éxito de público y crítica. Y esperamos ansiosos ya nuestro reencuentro en 2024.