Metronomy, The Vaccines, Ladytron, La Femme, La Casa Azul, Sidonie o Ginebras arrasan en la séptima edición del festival madrileño

Tomavistas se ha convertido en uno de los eventos culturales por excelencia de la capital.

Una cita imprescindible en el calendario festivalero que este año ha celebrado su séptima edición ante 17.000 personas, que disfrutaron de más de 30 bandas y artistas con mucho sabor nacional y un potente toque internacional a lo largo de tres días en el inmejorable paraje del parque Enrique Tierno Galván.

Así, el festival madrileño abrió sus puertas el jueves 22 en una jornada que reunió a una buena muestra del mejor talento del panorama actual español, y donde las grandes triunfadoras fueron sin duda Ginebras. El cuarteto hizo gala de la frescura y la diversión que le caracteriza, con una montaña rusa montada en pleno Escenario Tomavistas by Vibra Mahou como telón de fondo y un inagotable repertorio de hits que volvió loco al público.

Unas horas antes, el rock de Niña Polaca protagonizaba el primer concierto multitudinario, con miles de fans coreando al unísono temas como «Madrid sin ti», que parecía dedicado a Tomavistas en su regreso al Tierno Galván. El nuevo Escenario 2 del festival quedaba inaugurado por la potencia punk de Shego, soltando hit tras hit en un show donde no faltaron los himnos de su flamante primer álbum «Suerte, Chica». A las letras ácidas de las madrileñas les tomó el relevo la introspección y el romanticismo fatalista de vocación lo-fi del también madrileño Depresión Sonora.

Ya caída la noche se desató una auténtica verbena encabezada por Carlangas y sus inseparables Mundo Prestigio de acompañamiento perfecto. Nadie mejor que el gallego para poner a bailar a los presentes con ritmos sensuales y toques de cumbia, en un concierto en el que mencionó con emoción a su hijo de 2 años, por primera vez testigo de uno de sus directos, dedicándole una versión del mítico ‘Hola, mi amor’ de Junco. Cerraron la fiesta los pegadizos hits de La La Love You, que despidieron por todo lo alto la primera jornada de Tomavistas ante miles de asistentes, muchos de ellos niños, que disfrutaron como nunca saltando al son de ‘El fin del mundo’, ‘Laponia’ o ‘El principio de algo’.

Al otro lado del parque, los guitarrazos de Menta fueron los encargados de inaugurar la tarde sobre las tablas del Escenario 3, en un explosivo directo donde presentaron su aclamado disco debut, «Un Momento Extraño». Tras ellos llegó la pureza ecléctica de Queralt Lahoz, con esa propuesta única donde el soul, el flamenco y los sonidos urbanos se dan la mano arropados por su delicada voz; la personalísima propuesta de Judeline, que se atrevió con un tema a capela y con una versión del clásico de Plan B ‘Fanática sensual’; y la sesión de Brava DJ con un repertorio que viajó por los mejores temazos de las últimas décadas.

Protagonista indiscutible del viernes 23 fue el esperado show de los británicos The Vaccines en el Escenario Tomavistas by Vibra Mahou, que decoraron sus micros con claveles, en un guiño castizo que parecía dedicado a la ciudad de Madrid, y usaron la sintonía de la aclamada serie Succession como intro. La banda londindense no decepcionó e hizo un extenso repaso por su maravilloso repertorio ante un público que disfrutó al máximo de himnos como ‘I always knew’, ‘If you wanna’, ‘Post break-up sex’ o ‘Wetsuit’.

Ya habían calentado el ambiente las atronadoras guitarras de los gallegos Triángulo de Amor Bizarro, que justo estrenaban su nuevo disco ‘SED’ ese mismo día, y en cuyo directo aparecieron los primeros pogos —que se sucederían durante toda la jornada— al ritmo de emblemáticos singles como ‘Vigilantes del espejo’ o ‘De la Monarquía la Criptocracia’. Sobre esas mismas tablas la noche acabó con la explosiva fiesta pop de La Casa Azul, en un concierto repleto de hits que puso a vibrar el parque Enrique Tierno Galván de principio a fin, con hueco también para la emotiva dedicatoria de Guille Milkyway a su querido sello Elefant Records y a todo su equipo, así como un homenaje audiovisual a todas esas mujeres artistas que le han marcado en su vida con ‘Esta noche solo cantan para mí’.

En las primeras horas de la tarde, el rock alternativo de Pip Blom abría el Escenario 2 ante unos fieles fans que resistieron el intenso calor para disfrutar del impecable directo de la banda de Ámsterdam. Poco después se desató la locura con Mujeres y su arrolladora puesta en escena, dejando bien claro que la música es un ‘Sentimiento importante’. No faltaron las colaboraciones sorpresa con Cariño o Ariadna de Los Punsetes, los pogos o el crowdsurfing de Pol en uno de los momentos más memorables del día. Tras ellos llegaron directos desde Francia los siempre elegantes La Femme, revolucionando a los presentes con un show de electropop en el que no faltaron canciones de su último disco en castellano, «Teatro Lúcido» ni de su más reciente lanzamiento, «Paris, Hawaï».

Por el Escenario 3 pasó el irreverente show de Parquesvr, que refrescó con sus ácidas y divertidas canciones a un público que lo dio todo bajo el abrasador sol madrileño; la multitudinaria celebración del décimo aniversario de los dos primeros y fundamentales discos de Perro —»Tiene bacalao, tiene melodía» y «Singles brasileñas»—; el inmersivo viaje instrumental de Playback Maracas, a través de las melodías orgánicas de un saxo, una guitarra de doble mástil, una potente batería y unos sintetizadores; y la sesión DJ de Gazzi, que intercaló beats electrónicos con temas de Taylor Swift o Rosalía.

Y para despedir esta séptima edición, el sábado 24 se ampliaba el horario y la música comenzaba ya desde el mediodía con la dulzura pop de dani en el Escenario 3. Su propuesta, sincera y sin artificios, congregó a primera hora a numerosos fans a los que la gallega refrescó armada con una pistola de agua y un buen setlist de canciones puras y honestas. Tras ella le tocó el turno a La Bien Querida para presentar su nuevo disco «Paprika», ese en el que juega con los ritmos latinos y los entremezcla con toques de synth pop, todo ello arropado por la delicada voz que la caracteriza.

Pero sin duda el concierto más esperado fue el de Metronomy, indiscutibles cabezas de cartel y broche de oro perfecto en esta séptima edición. Y es que ya lo dicen los británicos en uno de sus últimos singles: ‘It’s good to be back’. Si el pasado año lograron el sold out para su concierto de La Riviera con meses de antelación, ahora han regresado a Madrid para ofrecer un impecable show repleto de hits atemporales. Justo antes, ese mismo Escenario Tomavistas by Vibra Mahou quedaba completamente fascinado por la fuerza de Sidonie en su reencuentro con Tomavistas —que incluyó a un Marc Ros pletórico que se lanzó a cantar sobre el público—, nueve años después de que la banda liderase el festival en su primera edición, celebrada en el Hipódromo de la Zarzuela.

También triunfó el rock psicodélico de los californianos Allah-Las, que tenían una cita pendiente con Tomavistas desde la edición de 2020 cancelada por la pandemia; y la rabia juvenil de Cala Vento, que derrocharon carisma y energía ante un público que gozó como nunca llevando en volandas a Joan y Aleix en un épico fin de show.

En el Escenario 2 arrasó el infalible repertorio de Los Punsetes, con una Ariadna impasible y ataviada con un increíble look al que no le faltaba ni un detalle del cliché español: peineta, mantilla, toros y hasta una muñeca flamenca. Además, los madrileños La Paloma ofrecieron su noise-rock con temas que ya se han convertido en himnos de su generación, como ‘Bravo Murillo’ o ‘Palos’; los gallegos Blanco Palamera dieron rienda suelta a su pop electrónico que entremezcla sonidos del funk, el groove y el R&B; y Ladytron sedujo con una increíble puesta en escena donde los visuales y las luces acompañaron a su propuesta de synth pop.

Completaron el talento nacional los valencianos Margarita Quebrada, que presentaban su último disco «Gas Lágrima» congregando a una buena masa de fieles a sus pies en un insuperable directo que tuvo incluso una colaboración especial entre el público; la fusión de electrónica, trap y new wave de Hofe x 4:40 y su reciente mixtape «AMODIOA»; y la apisonadora punk de La Élite, que volvió loco al público con un torrente de canciones tan furiosas como adictivas que provocaron, como no podía ser de otra manera, innumerables pogos en el parque.