Un festival que consolida su fórmula de éxito, mientras el público pide un salto al vacío
Sevilla se vistió de gala este fin de semana para acoger una nueva edición de Interestelar, el festival que ya se ha convertido en una cita ineludible para los amantes de la música indie en España. El recinto del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) vibró con un cartel que, si bien continuista en su esencia, ofreció momentos de pura magia y congregó a miles de almas dispuestas a bailar bajo las estrellas.
Una de las grandes victorias de Interestelar 2025 fue, sin duda, la fluidez en la operativa. Desde la llegada, las entradas y salidas al recinto fueron un ejemplo de organización, sin las temidas colas que a menudo empañan la experiencia festivalera. Algo similar ocurrió en los puntos clave de avituallamiento y necesidades básicas: los baños sin largas esperas y las barras de bebidas funcionaron a la perfección, garantizando que el público pudiera disfrutar sin interrupciones ni esperas innecesarias. Esta eficiencia es un punto a destacar y demuestra el buen hacer de la organización.
El cartel de este año volvió a apostar por los nombres consagrados de la escena nacional, con actuaciones memorables que reafirmaron el talento patrio. Sin embargo, a pesar de la calidad indiscutible de las bandas que pisaron los escenarios, se percibió una cierta falta de riesgo o innovación en la propuesta artística. Muchos asistentes notaron que el festival repitió bandas de otros años como Viva Suecia, Califato 3/4, La Casa Azul, Niña Polaca o Dani Fernández, lo que, si bien asegura un éxito de convocatoria, también contribuye a una sensación de ser demasiado continuista. Interestelar se ha consolidado como un referente, sí, pero parece haberse acomodado en una fórmula que, aunque exitosa, empieza a mostrar signos de ser estancada. Muchos asistentes, y la crítica especializada, coinciden en que sería un acierto ver al festival arriesgar un poco más, quizás con la inclusión de algún grupo internacional que aportara una perspectiva diferente y abriera nuevas vías sonoras al evento. El público, fiel y entregado, también espera ser sorprendido con propuestas que rompan un poco el molde establecido.
Además de los escenarios principales, el festival contó con su vibrante zona DJ, conocida como el Astro Club, que una vez más ofreció un espacio para ritmos más electrónicos y sesiones que mantuvieron la energía alta entre concierto y concierto. DJs como DJ Goku Breakbeat, Sedjat, La Cachetona y The Lacra Boys fueron algunos de los encargados de hacer bailar a la multitud en esta área alternativa, consolidando su importancia dentro de la experiencia Interestelar Sevilla 2025.
La noche del sábado, como ya es tradición, se reservó para el clímax final. Tras un festival repleto de energía y buenas vibraciones, el honor de cerrar el cartel recayó en Viva Suecia. La banda murciana, una de las más queridas del panorama indie actual, ofreció un concierto apoteósico que puso el broche de oro a dos días intensos de música. Los miles de asistentes, aún con la euforia de la última actuación, no quisieron marcharse sin un último coro. Y para sorpresa de muchos, la banda sonora de esa madrugada de domingo no fue otra que «Esa Diva», el tema con el que Melody representaba a España en Eurovisión esa misma noche. Miles de voces se unieron en un cántico espontáneo, una anécdota que demostró la conexión y el buen humor de un público que, a pesar de pedir nuevas apuestas, sabe cómo disfrutar y celebrar la música en todas sus formas.